diciembre 16, 2020

BARRIO, BELLO BARRIO

 



“Aquí nadie discrimina a los chilenos porque todos somos chilenos/ Aquí nadie discrimina a los cabros chicos porque todos somos cabros chicos. /…Ven a vivir esta fragilidad peligrosa de corromperse”. Mauricio Redolés

Como en el poema de Redoles, Ñuñoa era un barrio en que su singularidad estaba dada por la diversidad de su gente, juntos -nunca revueltos, por supuesto- estaba la Población “Las Siete Canchas” en calle Emilia Téllez en medio del sector nororiente de la comuna.  Los niños de la nueva burguesía urbana, de padres profesionales, liberales, que vivían en calle Simón Bolívar, Pucará, Coventry, Montenegro, jugaban sin problemas con los “rotos” de la pobla, la misma que fue erradicaba a punta de fusiles durante la dictadura.

Diversidad y aceptación en una comuna en que masones radicales y bomberos, pololeaban y luego se casaban con señoritas católicas a quienes acompañaban hasta la puerta de la Parroquia Nuestra Señora de La Paz en calle Echeñique. Tolerancia e inclusión que tuvieron los jóvenes de la plaza Montt y otros lugares de Ñuñoa que, a fines de los años 40 del siglo pasado, recibieron como uno más de los suyos a los emigrantes europeos que después de la segunda guerra mundial huían de una Europa devastada.

Vecinos participativos y colaboradores que en 1942 cuando un loteo dejó un sitio vacío, entre calle Pucará y Echeñique, fue plantado y ordenado por vecinos del lugar, para convertirlo en una plaza para sus niños, después convertido en la actual Plaza Pucará (Parque botánico de Ñuñoa). Como no olvidar también las salidas del canal San Carlos en los años 80, que convertía en ríos las calles Echeñique, Simón Bolívar y otras del sector, donde vecinos empapados en agua y solidaridad, rescataban a viejitas en apuros y construían diques con sacos, piedras y arena, para salvar las casonas del sector.

La abúlica y apacible Ñuñoa supo convivir por años con las distintas realidades, las poblaciones de obreros y empleados una junta a otra, las Villas nuevas se integraban con el resto de la comuna. En la antigua “Gran Ñuñoa”, antes de las nuevas municipalidades de Macul y Peñalolén, el barrio industrial y las parcelas eran un conjunto armonioso de un mismo aire provinciano en que los jóvenes tenían los mismos sueños, aunque tuvieran distinto origen y futuro.

No se trata de añorar tiempos pasados que sin duda no eran perfectos, existían problemas, injusticias y desigualdades inaceptables, pero era un sector con vida de barrio. Hoy, sucesivos gobiernos comunales en manos de mercaderes e incapaces, abrieron las puertas, las ventanas y sus almas a la voracidad inmobiliaria que tiene convertido a nuestra Ñuñoa en un engendro de cemento que se alza día y noche como un monstruo devorador. “Barrio, bello barrio, Ven a vivir esta fragilidad peligrosa de corromperse”.

ÑUÑOA ENTRE LA MELANCOLÍA Y SU DESTRUCCIÓN

 



Está claro que Ñuñoa ya no es la apacible Villa del Siglo XIX, donde sus habitantes se abastecían de agua del canal San Carlos y que en tiempos de sequias o limpieza del Canal, debían beber de pozos de aguas estancadas. Hoy en día los ñuñoínos contamos con todos los beneficios de la modernidad, el Metro recorre nuestra principal avenida y no tenemos que viajar cuatro horas desde la Alameda hasta avenida Ossa, en un carro tirado por caballos o en coches y victorias.

Actualmente estamos entre las diez comunas con más habitantes de Santiago con más de 240 mil personas, muy lejos de los 500 vecinos del año 1890 o los 1.197 del año 1903. Cuando mi abuelo materno se vino a vivir a Ñuñoa a fines de los años 40, sus amigos le aconsejaban no vivir tan lejos de Santiago en un barrio alejado de la mano de dios, muy cerca de la Cordillera y lejos de la “civilización”.

En esa época se veía con horror que los niños y niñas “de bien” estudiaran su educación secundaria en un colegio laico y mixto como el Liceo Experimental Manuel de Salas que estaba ubicado primero en la Plaza Ñuñoa y luego a fines de los años 40 en Brown Norte. La educación secundaria no era para todos, recién en 1951 se funda el actual Liceo 7 José Toribio Medina, que recibió y recibe a generaciones de ñuñoínos.

Ñuñoa ha sido siempre hogar de innovadores, liberales, soñadores y progresistas, no en vano el 21 de agosto de 1910, se realizó el primer vuelo en Chile desde la Chacra Valparaíso ubicada en Ramón Cruz con Irarrazabal en la Actual Villa Frei. Claro que el progreso a veces demoraba en llegar, como el alumbrado público que recién comenzó a funcionar en toda la comuna a finales de la década de 1910, 35 años después que, en Santiago, por conflictos con la compañía Chilean Tramway and Light.

La Plaza Ñuñoa era el centro de los paseos domingueros, al igual que otras plazas y parques de la zona, lo mismo que sucede hoy en tiempos de pandemia. La vida bohemia existe en Ñuñoa desde que funcionaban las quintas de recreo del barrio Los Guindos, luego en la misma plaza Ñuñoa comenzó a funcionar El Dante desde 1949, La fuente suiza desde 1954, Las Lanzas en 1964, el Teatro de la Católica (ex teatro Dante) en 1948. En los ochenta: La batuta, La Tecla, El Amor Nunca Muere, el antiguo Nuñork donde se organizaba la lucha contra la dictadura.

Ñuñoa también es presente y futuro, acoge a sus nuevos vecinos y visitantes de paso, es abierta al mundo y a las nuevas ideas y tendencias, pero a la vez necesita mantener viva sus tradiciones, sus barrios. Es una comuna con historia de planificación urbana, diversa, humana, incluso provinciana, que ve con horror su destrucción simbólica por el mal gusto de las nuevas edificaciones que son una oda a la aberración y el mal vivir. Salvemos Ñuñoa, no la dejemos en manos de los que la venden por cuatro monedas de estiércol.

septiembre 10, 2019

La Levedad de cada día.

https://www.elmostrador.cl/noticias/2019/07/30/la-levedad-de-cada-dia/



La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, dice Rubén Blades en "Pedro Navaja", en menos de un minuto la vida te puede dar un giro y de la nada todo cambia. Sábado, un asado, amigos alrededor de la parrilla, una copa de vino, risas y bromas mientras se prueba algo de carne. Todo normal, cotidiano, superfluo, nada del otro mundo.

Entre ruidos, voces y copas algo se atora en la garganta. No es nada, ya pasará, hay que mantener la calma, que nadie se dé cuenta, el aire no entra a los pulmones. No hay caso, no puedes hablar, alguien se da cuenta, creen que bromeas, ¿será tan torpe y poco glamoroso el fin?

No piensas en dioses, cruces ni avemarías, no hay ayatolas, curas, pastores ni rabinos; tampoco hay epifanías, no pasa tu vida en segundos ni ves una luz al final del túnel. Solo amigos cerca, uno sabe la "maniobra de Heimlich", la aplica, toses… respiras.

Todo sigue igual, un par de bromas y a otro tema. La copa se llena de nuevo, un par de minutos y comes con más cuidado, pero normal. No pasó nada, aparentas estar tranquilo, la vergüenza puede más que dar las gracias. El lunes al trabajo, otra semana más, las noticias de siempre; un derrame de petróleo, otro portonazo, sube el desempleo, el matinal se ocupa de la política nacional, nada cambia. La levedad de cada día...

julio de 2019

Inmigración o muerte

https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2019/08/16/inmigracion-o-muerte/


Según datos de la O.M.S. al menos unos 2 mil millones de personas sufren hambre constante o están subalimentados, es decir cerca de un 30% de la población mundial no ingiere alimentos en forma regular. ¿Qué pasaría si toda esa gente, decidiera emigrar? Los detendremos con leyes, con muros, alambres de púas; los encerraremos en campos de concentración, los tiraremos al mar… ¿?

Acusar a los migrantes de todos nuestros problemas reales o imaginarios es peligroso, incluso criminal. Recordemos que Hitler culpó a los judíos, Stalin a los Burgueses y contrarrevolucionarios, el gobierno Hutu de Ruanda a los Tutsi, Pinochet y sus secuaces a la “conspiración” del marxismo internacional”; todos sabemos (o debemos saber) en qué terminaron esos discursos, diatribas y palabrerías.

Más allá de la esencial toma de partido en defensa de los derechos humanos, deber de toda persona, es un tema que merece ser estudiado y abordado sin histerias ni populismos. Las cifras suelen esconder personas de carne y hueso, los discursos de uno y otro lado ocultan la realidad diaria, los miedos, angustias y pesares no solo de los nuevos habitantes del “asilo contra la opresión”, sino del chileno que se informa por facebook, que mira los matinales como la verdad revelada y que no recibe los beneficios de un sistema y un desarrollo ajeno y distante.

Las migraciones masivas proveen de mano de obra barata, un “ejército industrial de reserva”, donde los principales beneficiados son los empleadores grandes y pequeños.  Los mismos que pueden contar una fuerza de trabajo dispuesta a todo por un puesto laboral, sin haber gastado un peso en formarlos, gracias a leyes y prácticas discriminatorias y racistas que golpean a las trabajadoras y trabajadores migrantes.

Esta aparente “competencia desleal”, amplificada por discursos de odio, temores ancestrales, ignorancia y manipulación, configuran una mezcla perfecta para la xenofobia. Hostilidad que proviene no de las clases más favorecidas (o no exclusivamente), sino de sectores populares, trabajadores, desempleados, dueñas de casa, comunes y corrientes, a los que escuchamos en micros, metros y ferias tímidamente con discursos antiinmigrantes, como si ellos fueran los causantes de sus desgracias.

Hay un papel de la sociedad civil organizada, apoyada por los medios de comunicación, que debe movilizarse, para incentivar el encuentro de culturas. Faltan espacios de intercambio, de conocimiento mutuo, de respeto, para lograr la asimilación respetando la diferencia. Si las condiciones económicas, el cambio climático, la desigualdad estructural continúan tal como hoy, es muy posible que las masas hambrientas (los 2 mil millones), aumenten y decidan emigrar. ¿Nos encontraremos nosotros, entre los futuros migrantes?

julio 17, 2019

La vida es eterna en 20 minutos


Ayer mientras paseábamos por el parque Bicentenario (Vitacura), mi hijo Ferran de siete años, en un abrir y cerrar de ojos desapareció de la vista de su mamá. Lo buscó, lo llamo, gritó su nombre, pero se lo tragó la tierra. Cuando me avisa que no podía encontrarlo, pensé que era un error, que estaría jugando –como siempre- despreocupado sabiendo que velamos por él, llegamos donde debía estar y no estaba.


Ferran es un nombre catalán de origen germánico, en castellano Fernando, que significa "hombre valiente", "hombre de atrevida inteligencia" o "guerrero audaz". Cuando escogimos su nombre, buscábamos uno que tuviera personalidad, que fuera original, pero a la vez que no le causara problemas. Es un niño alegre, obediente, cariñoso, muy sensible y simpático, curioso, no le cuesta hacer amigos, pero es algo tímido. De seguro estaría muy asustado, ya que es muy dependiente y regalón.

Nos dividimos para buscarlo, pasaban los minutos, diez, quince y no aparecía. En mi mente descartaba los pensamientos oscuros, miraba en el horizonte, a mí alrededor, las salidas del parque, los niños de su edad. No podía ser verdad, esas cosas no me pasan a mí, no le pasan a él. Su modo de enfrentar a los desconocidos es tirar una broma, poner caras chistosas, es su defensa ante un mundo que aún no conoce bien. Es casi hijo único, ya que con su hermana se llevan diez años de diferencia. Que terrible pensar que algo malo le pudiera pasar, leo un letrero que dice “cuidado laguna profunda”, recuerdo las noticias, los niños perdidos, la gente mala, el mundo real injusto y terrible, las estadísticas… mi niño, mi guagua no aparece.

En 20 minutos, nada más importa; las deudas, el sueldo paupérrimo, el mal gobierno, el calentamiento global, el dolor de pies, los estudios de mi hija mayor, mi diabetes, la depresión de Mariela, la enfermedad de mi madre, no es nada, es menor, no tienen importancia, Ferrán no está y ese es el centro. La angustia, la presión, la adrenalina no nublan mi mente fría y calculadora, hay que calmarse, pensar, que pasos seguir, no perder de vista las salidas, mirar los arbustos, los detalles, comenzar a gritar su nombre, no solo para que escuche, sino para llamar la atención. Que se detenga la tranquilidad del parque, que la vida no siga su curso, que todo pare, que los niños no jueguen, que la gente no pasee, que no vendan helados, que pare la música del organillero, que se detengan las bicicletas, los triciclos, los pasos, las risas, las conversaciones, mi niño no está y debe estar asustado.

Entre todas las miradas, buscando sus verdes ojos, a lo lejos lo veo. La mirada perdida, con lágrimas, asustado, grito su nombre, no me escucha, corro, me mira, me abraza fuerte, nos fundimos en uno solo, lloramos los dos, no importa el mundo. Una pareja lo cuidaba, agradezco con el alma, los niños son de todos, no podemos dejarlos a su suerte. Una guardia se acerca, me habla de pulseras con su nombre, de que el niño no sabe mi celular, que es común que se pierdan, ya no importa, nada más importa, él está bien y conmigo, luego llega su madre, nos abrasamos los tres. Ya pasó todo, solo una anécdota, a seguir con la vida, mis pies tiemblan, me siento en un banquillo, prendo un cigarrillo. Los pájaros cantan, los niños gritan, la gente pasea, todo sigue su curso.

Navidad, navidad a ocultar la realidad


Una antigua canción del cantautor Chileno Eduardo Peralta, nos hablaba sobre la navidad como una época en que había que “esconder la realidad, guárdala en algún bolsillo por piedad que hoy la vida tiene un brillo de bondad”. Cuando vemos los comercios, las ferias, las calles colmadas de compradores exhaustos, angustiados, peleándose por comprar la última novedad del mercado, nos viene a la mente esa canción.

Una fecha que en nuestra cultura hace mucho que dejó de ser una fiesta religiosa, para transformarse en una instancia para compartir con las familias, sin importar si sabemos o creemos en la celebración cristiana original. El problema no es lo qué celebramos, sino cómo lo hacemos. Según cifras de la Fundación Sol, el 50,6% de los trabajadores de Chile ganan $380.000 o menos y solo el 15,3% tiene un salario superior a $850.000. Con estas cifras, uno esperaría que la desesperación por la compra de regalos, fuera solo tema del 7,3% que gana más de 1,5 millones al mes, pero bien sabemos que eso no es así.

Es cosa de darse una vuelta por cualquier Mall, observar la gente cargada de regalos en el metro, el transantiago o cualquier trasporte público del país, pareciera que la felicidad se alcanza sólo consumiendo sin importar el nivel socioeconómico, pero la realidad nos dice otra cosa. Según estudios de la OMS, alrededor del 17,5 por ciento de los chilenos padecen depresión, nuestro país lidera el ranking mundial  y es una de las dos naciones, junto con Corea del Sur, en el que la tasa de suicidios de niños y adolescentes aumenta cada año en vez de disminuir.

La agresividad, la baja tolerancia a la frustración e incluso los niveles de violencia del Chileno están dando cuenta del estrés laboral, el aumento de la cesantía, el temor al futuro, lo que mesclado es un caldo peligroso. Es cosa de darse unas vueltas por las redes sociales; twitter ya parece una parodia de la agresividad, en youtube circulan videos preocupantes subidos hasta por adolescentes chilenos en que la tortura de animales, el bulling, lenguajes siniestros, es el centro de la historia; hasta el aparente inocente Facebook es usado para agredirnos, lastimarnos, hacernos daño. Basta una chispa, para que emerja la rabia contenida que se traduce en xenofobia, homofobia, intolerancia, actos violentos ante la menor provocación. El caso del asesinato del comunero Mapuche Camilo Catrillanca, es un ejemplo digno de análisis.

Sin embargo en noche buena, después de recibir “sonrisas y aguinaldos que son como suaves brisas”, todos por un breve momento, como en una tregua de navidad entre feroces combates, nos damos las manos y somos hermanos. “Hay un señor que ha buscado a su peor enemigo y le ha dicho entusiasmado esta noche desgraciado vente a merendar conmigo”. Navidad, navidad, a esconder la realidad…

21 de diciembre del 2018

Se van enredando en twitter


Los insultos, agravios y hasta las injurias con publicidad, han existido desde que el ser humano aprendió a escribir. Conocida es la guerra epistolar entre los poetas chilenos Vicente Huidobro, Pablo de Rokha y Pablo Neruda; “Os meo eternamente en vuestros hígados y en vuestros hijos”, vociferaba nuestro Nobel en su poema  “Aquí estoy”. Por su parte de Rokha se refería a Huidobro como. “tú, Vicente Huidobro, con tus cacareos de espadachín en falencia, y tu dudosa hombría…”. Huidobro con gran ironía, se refería a Neruda: “Si hay un poeta en Magallanes que encuentra viejo y pasado a Neruda es culpa de Huidobro…Los compinches de Neruda empiezan su campaña subterránea de mentiras y de intrigas”.

Con todo, esas guerras entre poetas enriquecían el debate intelectual (partiendo por las bajezas desde luego) de un alicaído Chile de principios del S. XX. La sangre nunca llegó al río y el debate queda zanjado en el tiempo, por las obras imperecederas  de estos grandes de la literatura chilena. No pasa lo mismo en nuestros días con los debates de baja monta, que no alcanzan ni para poesía barata, que se libran en Twitter y que a falta de creatividad y buscando el golpe fácil es reproducida por la prensa cizañera. Tristes actores secundarios con ganas de más, se dedican -basados en PosVerdades y NeoMentiras- a divulgar fake news, acusando de las peores bajezas delictuales a quien se les cruce por delante.

Un semidesconocido comentarista radial, tira una piedra (por no usar palabras de cloaca) contra una conocida diputada chilena, luego esconde la mano, recula y vuelve a atacar en la red del pajarito, para terminar victimizándose. Es noticia del día y se suben cientos a la rueda a defender y atacar con argumentos muy lejanos a la poesía de nuestros insignes vates, con un estilo procaz y poco elegante, dándole tribuna, fama y sus diez minutos de gloria al “procaztinador”. Un “aprendiz de mago”, ex ministro de la dictadura (que es casi lo mismo), descubre twitter en el ocaso de sus días y excreta a diestra y siniestra -más a siniestra en realidad-, buscando el halago fácil de los Bots siempre atentos a recoger y difundir la basura. Ministros y parlamentarios con mucho tiempo libre, tratar de polemizar con la frase fácil, la vulgaridad de asado dieciochero y el humor intelectual del que nunca lee.

Neruda, de Rocka y Huidobro, de seguro no entrarían en estas peleas de quinceañeros ofuscados, inventando con quien sabe que intención diabólica, la forma de apuñalar la honra de los otros. Estas peleas de cantina, de lenocinio y alcahuetes, en las que participan matones de puerto, darían risa o vergüenza ajena, sino fuera por el peligro que acarrean. Falta solo la provocación adecuada en el lugar y momento propicio, para que las redes sociales se transformen en redes armadas.


Daniel Recasens Figueroa
Periodista
18 de enero del 2019

La moral como herramienta política


Cuando en  1942 miles de copias del poema “Liberté” fueron lanzadas en paracaídas sobre París, Paul Eluard -su autor- no buscaba la fama ni ganar dinero ni menos votos de sus compatriotas sometidos al yugo nazi, era solo un imperativo moral. A Andrés Aylwin, no le importó que los perseguidos durante la dictadura no pensaran como él ni que ponía en peligro su vida y su libertad siendo abogado defensor de los derechos humanos, era lo que debía hacer, su coherencia y consecuencia al servicio de la vida.

Coherencia es defender los derechos humanos en Chile, Venezuela, Arabia Saudita, Guatemala, Filipinas o donde se violen. No puede un gobierno condenar a un inescrupuloso Maduro y a la vez abstenerse de votar en contra de Duterte de la mano con el Brasil de Bolsonaro. No es lógico, no es coherente, no es consecuente y avergüenza la dignidad y la memoria de tantos y tantas que en nuestro país y el mundo han dado su vida por lo que creen justo.

No se puede usar la moral, la dignidad y los derechos humanos, solo como un eslogan para subir en las encuestas o una pose para congraciarse con los deschavetados de siempre. Ser consecuente trae costos – por supuesto -, lo supo Clotario Blest, Pierre Dubois, Ana González, Andrés Aylwin por nombrar solo algunos, que no dudaron en decir “las verdades verdaderas”, cuando nadie más las decía. No es digno pararse  sobre un puente en Cúcuta, dar lindos y encendidos discursos prodemocráticos para las cámaras y a la vez, dejar en la frontera a los refugiados y avalar con su silencio e inacción otros atropellos.

Cuando un gobierno, una persona o un partido piensa, dice y hace usando la moral como herramienta política, la verdad como un fin relativo y la razón ajustada a conveniencia, lo que consigue es la irrelevancia, la vergüenza y el desprecio de su pueblo. Que lejanos parecen los tiempos, en que los hombres y mujeres de bien, no usaban la calculadora en el bolsillo, para hacer lo que se debe hacer;  como se echa de menos a los estadistas, a los consecuentes, a los justos de derecha, centro e izquierda dispuestos a poner la mejilla, las manos y el corazón a cambio de la justicia.

Vendrán otros hombres, otras mujeres, otros tiempos en que se seguirá leyendo a Paul Eluard, Neruda y la Mistral, en que se recordará y honrará la consecuencia de José Aldunate, Sola Sierra y muchos más. Se escribirán libros, canciones y películas que cuenten la historia de los consecuentes; pero los mercaderes, los tibios, los oportunistas, los timoratos quizás tengan su calle y monumento, pero jamás el respeto de los suyos y de los ajenos…

Daniel Recasens Figueroa
Periodista
julio de 2019

enero 09, 2019

EL EXPERIMENTO MILGRAM








Anoche vi un documental de HBO, llamado “GHOST OF ABU GHRAIB” (Los fantasmas de Abu Ghraib), que investiga la tortura de presos en la lamentablemente famosa prisión iraquí. Más que un documental de torturas escalofriantes, sicopáticas pero lejanas, presentan la realidad del ser humano ante determinadas condiciones. Los “torturadores” entrevistados, se miraban a ellos mismos con ojos extrañados y ajenos, como si no fueran ellos mismos los participes de aquellas brutalidades.




El documental hacía alusión al famoso Experimento Milgran (Obedience to Authority: An Experimental View -Obediencia a la Autoridad: Una Visión Experimental), en que se les pedía a un grupo de personas que aplicaran corriente a una supuesta victima voluntaria. A pesar del llanto y los pedidos de clemencia de la "víctima", un 60% de las personas en las que se realizó el experimento, llegaron a aplicar el shock final de 450 voltios, que le pedía aplicar un investigador supuestamente reputado.




Milgram quería investigar si era posible que una persona normal, pudiera ser parte activa en la aplicación de tormentos a pedido de una autoridad. Milgran, resumió su experimento así:




“Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio.” (Stanley Milgram. The Perils of Obedience (Los peligros de la obediencia. 1974) .




El documental de HBO era realmente impactante y revelador, ya que fuera de dar a conocer el relativismo moral de Bush y sus boys (archiconocido por todos), nos hablaba de la naturaleza humana.




¿Será posible que una cosas así pueda ocurrir en cualquier lugar o tiempo y con cualquier persona?


El poder puede hacer cualquier cosa... y la obediencia también

De redes sociales a redes armadas



Los insultos, agravios y hasta las injurias con publicidad, han existido desde que el ser humano aprendió a escribir. Conocida es la guerra epistolar entre los poetas chilenos Vicente Huidobro, Pablo de Rokha y Pablo Neruda; “Os meo eternamente en vuestros hígados y en vuestros hijos”, vociferaba nuestro Nobel en su poema  “Aquí estoy”. Por su parte de Rokha se refería a Huidobro como. “tú, Vicente Huidobro, con tus cacareos de espadachín en falencia, y tu dudosa hombría…”. Huidobro con gran ironía, se refería a Neruda: “Si hay un poeta en Magallanes que encuentra viejo y pasado a Neruda es culpa de Huidobro…Los compinches de Neruda empiezan su campaña subterránea de mentiras y de intrigas”.

Con todo, esas guerras entre poetas enriquecían el debate intelectual (partiendo por las bajezas desde luego) de un alicaído Chile de principios del S. XX. La sangre nunca llegó al río y el debate queda zanjado en el tiempo, por las obras imperecederas  de estos grandes de la literatura chilena. No pasa lo mismo en nuestros días con los debates de baja monta, que no alcanzan ni para poesía barata, que se libran en Twitter y que a falta de creatividad y buscando el golpe fácil es reproducida por la prensa cizañera. Tristes actores secundarios con ganas de más, se dedican -basados en PosVerdades y NeoMentiras- a divulgar fake news, acusando de las peores bajezas delictuales a quien se les cruce por delante.

Un semidesconocido comentarista radial, tira una piedra (por no usar palabras de cloaca) contra una conocida diputada chilena, luego esconde la mano, recula y vuelve a atacar en la red del pajarito. Es noticia del día y se suben cientos a la rueda a defender y atacar con argumentos muy lejanos a la poesía de nuestros insignes vates, con un estilo procaz y poco elegante, dándole tribuna, fama y sus diez minutos de gloria al “procaztinador”. Un “aprendiz de mago”, ex ministro de la dictadura (que es casi lo mismo), descubre twitter en el ocaso de sus días y excreta a diestra y siniestra -más a siniestra en realidad-, buscando el halago fácil de los Bots siempre atentos a recoger y difundir la basura. 

Neruda, de Rocka y Huidobro, de seguro no entrarían en estas peleas de quinceañeros ofuscados, inventando con quien sabe que intención diabólica, la forma de apuñalar la honra de los otros. Estas peleas de cantina, de lenocinio y alcahuetes, en las que participan matones de puerto, darían risa o vergüenza ajena, sino fuera por el peligro que acarrean. Falta solo la provocación adecuada en el lugar y momento propicio, para que las redes sociales se transformen en redes armadas.

Los amigos y la familia primero


Entre un extraño y un familiar, hay que nombrar al familiar”, es una frase que se le atribuye al presidente Carlos Ibáñez. Han pasado casi 70 años y la realidad no ha cambiado mucho en nuestro país, desde los tiempos en que Ibañez ganó con la promesa de “barrer con la corrupción de la política y la administración pública” y las promesas de Piñera de “quitar la grasa del Estado” y acabar con el nepotismo. Lo cierto es que las redes familiares, compadrazgos, el colegio y la universidad que estudiaste y el barrio en que vives, determinan el cargo que ocupas.


Nombrar a un pariente en un alto cargo público o a la hija de un amigo como agregada comercial con un sueldo obsceno –incluso para los parámetros norteamericanos -, puede parecer un “error político”, pero es algo natural y lógico para la elite. Algunos se muestran sorprendidos del revuelo que provoca en las redes sociales y en los medios de comunicación y rápidamente acuden a la teoría del empate y al “siempre ha sido igual”, pero cuando se promete una cosa y se hace otra, la credibilidad se pone en juego y la rabia de ser uno de los países más desiguales del mundo se ejemplifica en estos desaguisados. 

Un estudio de  Seth Zimmerman, economista y profesor de la Escuela de Negocios de Yale, señalaba que en Chile no se asciende social ni económicamente siendo inteligente, estudioso y preparado, sino que el  origen social y familiar es casi la única forma para acceder al 0,1% de los sueldos más altos en Chile. Esta realidad por conocida y sabida, no deja de ser preocupante, aberrante y contradictoria incluso con el principio meritocrático del ideal capitalista, es como si viviéramos en una monarquía hereditaria, no importa lo que te esfuerces y trabajes, siempre habrá un pariente o amigo de alguien, que ocupará el lugar que mereces.

 Ya hace casi un siglo, el poeta Vicente Huidobro en su ensayo “Balance Patriótico” (1925) -un encendido manifiesto antistema de la época -, se preguntaba; “¿Y el mérito, en dónde está el mérito?... ¡Pobre país; hermosa rapiña para los fuertes!”. Hoy nos hacemos las mismas preguntas y afirmaciones que en aquellos días, con la diferencia que las cosas que eran aceptadas y parte de la realidad de nuestro país, ahora son intolerables y ya es hora que comiencen a cambiar. "El que toca ministerio, no toca camioneta”, decía grosera e impúdicamente Ibañez, hoy parece que “tocan” ministerio, camioneta y cargos para los parientes.

agosto 31, 2017

Un futuro para todos


Cuando la capacidad de asombro, ya parecía agotada, nuevamente  nos sorprendimos, indignamos y preocupamos con la dilapidación de recursos públicos, que se gastan en pensiones de invalidez en las fuerzas armadas. Sorprende comprobar lo que ya sabíamos, no solo la cuantía de dichas pensiones, sino los motivos para recibirlas; indigna ver a personas condenadas por graves delitos, premiados con injustas y abultadas prebendas; preocupa saber qué hay algunos que reciben hasta cuatro pensiones simultáneas.



Nuestras fuerzas armadas y de orden, debieran ser el baluarte moral y ético de la nación, como alguna vez nos prometieron en los aciagos días de la dictadura. Estos abusos no solo son inaceptables, reprobables y seguramente ilegales, sino que es una burla a la democracia. El alto estándar ético exigido con justa razón a los funcionarios públicos, políticos y autoridades, debe ser mucho más exigente con quienes tienen el deber de protegernos y gozan del monopolio de las armas.

Hay algunos que amparados en supuestas razones humanitarias, insisten en justificar y amparar a personas condenadas por nuestros tribunales por atroces y brutales crímenes contra la humanidad, que se oponen incluso a terminar con Punta Peuco. Hablamos de delincuentes vinculados a la tortura, violación, desaparición y detenciones forzadas de hombres, mujeres e incluso niños, que son premiados con pensiones que no recibe el resto de los chilenos y chilenas.

Hoy cuando se discute respecto a cuál es el mejor sistema de jubilación posible y se presenta un proyecto de Ley que crean un Nuevo Ahorro Colectivo, como base de Mejores Pensiones para Chile, queda más en evidencia el abuso de algunos. Era necesario revisar las pensiones y los privilegios carcelarios no solo en el futuro, sino las actuales, por eso es importante y valorable las propuestas del gobierno.


Es cierto que los derechos adquiridos no se pueden conculcar, pero todo tiene un límite. Engañar, simular enfermedades, burlar todos los estándares no puede ser premiado con jugosas e indignantes pensiones. El futuro debe ser digno, para todos los que ayudaron de una u otra forma a construir nuestro país.

La salud no espera


Una de las mayores preocupaciones que manifiestan los chilenos en todas las encuestas, es el tema de la Salud. La atención oportuna, humana y de calidad es prioritaria para cualquier familia, ya que sabemos bien el drama que significa enfermarse, accidentarse o tener una patología compleja. Los bingos, completadas y peñas solidarias en beneficio de algún niño, adulto o anciano que no puede cubrir el costo de un tratamiento, se multiplican cada fin de semana en barrios populares y en amplios sectores de la clase media.


La implementación de políticas públicas en salud, han sido exitosas y reconocidas a nivel mundial, como el AUGE o GES, que asegura acceso a tratamientos oportunos, de calidad y con protección financiera. La “Ley Ricarte Soto” que ha beneficiado a 4.430 personas sin cobro alguno en 14 problemas de Salud. La Ley de Etiquetado de Alimentos, una de las políticas de nutrición más importantes de los últimos 50 años, los programas de vacunación, la construcción de 20 nuevos hospitales y otros 40 en proyecto, los 332 nuevos establecimientos para atención primaria, los programas de formación de 4 mil nuevos médicos especialistas, son hechos concretos y verificables. Nadie puede dudar de los esfuerzos y logros en esta materia, pero aun así un malestar persiste en la ciudadanía.

Las largas, tediosas y a veces humillantes listas de espera en el sistema público, es una problemática particularmente compleja para el sistema de salud, donde se pone en evidencia el complejo diálogo entre los niveles primario y secundario de atención. Buscar una solución, no pasa por medidas populistas ni menos por manipular cifras, como lo demostró un informe de contraloría, sobre la supuesta “eliminación de las listas de espera AUGE”, en el gobierno de Piñera.

Hay soluciones técnicas posibles de llevar a cabo, como implementar plataformas online, Hospitales Itinerantes, Unidades de Cirugía Mayor Ambulatoria, aumentar la disponibilidad de horas médicas, consultas de especialistas en la propia Atención Primaria de Salud, entre otras. También debemos fiscalizar las horas médicas de producción en hospitales públicos, crear un programa de capacitación a los equipos de salud, establecer Médicos Gestores en cada Centro de Salud Familiar, además de buscar en conjunto con los usuarios del sistema de salud, mediante políticas de participación ciudadana, soluciones generales y particulares que ayuden a disminuir, para luego terminar con las listas de espera.


No es magia, no es parafernalia ni marketing, es continuar y mejorar poniendo en el centro no solo al aparato público, a los médicos y funcionarios, sino a las personas que piden, exigen y merecen calidad, oportunidad y sobre todo un trato digno, humano y eficiente en el momento que más lo necesitan.  Basta de palabras bonitas, es hora de hacer y no de prometer, los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país se lo merecen.

Patente de Corso o el arte de lo imposible


En la antigüedad, se otorgaba “patente de Corso” a arriesgados patriotas y heroicos marinos, para que asaltaran y robaran naves enemigas a nombre del Rey. El botín era repartido de común acuerdo, entre el dueño del barco “corsario” y la autoridad legítima de la época. A veces estos piratas con permiso, se olvidaban de repartir el botín con su Rey y se convertían –de la noche a la mañana- en forajidos. Las víctimas, en cambio,  siempre consideraron a estos “emprendedores” como simples asesinos, salteadores y violadores.

En nuestra época, ya no es tan bien visto el que roba, desfalca, se colude o recibe “dadivas”, aunque sea a nombre del Rey, la causa, Dios o el Diablo. El fin hace tiempo que no justifica los medios, por muy loables, patriotas y necesarios que sean estos. La línea divisoria entre una “causa justa” y un delito común, no se diferencia solo por quien se queda con el dinero “mal habido” ni a que buena causa se destina; el robo es robo, la coima es inmoral, la colusión es delito y el bribón siempre es un bribón.

Nuestro país está acostumbrado a los dobles discursos, a la moral y a la ética acomodaticia, al acusar al otro y no mirarse en el espejo. Es justo recordar, que antes de la ley de Divorcio, se mentía al sistema judicial con testigos falsos, simulando una nulidad por “incompetencia del oficial civil”. Todos sabían que era una treta, una salida a la Chilena, pero el sistema funcionó hasta el año 2004, legitimando y promoviendo la “pillería del chileno”.

Hasta el año pasado (abril del 2016), el financiamiento de la política tenía lados oscuros, ilógicos que rayaban con el cohecho institucionalizado. Los partidos políticos, las campañas y los candidatos, podían recibir “aportes reservados” de empresas con o sin fines de lucro. Empresarios “altruistas”, aportaban a campañas de casi todo el espectro con generosas donaciones, haciéndonos creer que ni siquiera el candidato sabía el origen de los fondos. Era legal, sabido, defendido y fomentado por el Estado en su conjunto. Nadie se extrañaba de ver hasta el último rincón de Chile con “palomas”, gigantografías, afiches y lindos regalos a diestra y siniestra, financiados con la “patente de corso”.  


Hoy los corsarios pasaron a ser simples piratas y se quiere quemar en la plaza del pueblo a los que tenían permiso del Rey. Todos se llenan la boca con la repudiada palabra “corrupción”, señalando con el dedo, la mano, el brazo y el cuerpo, a los antaños héroes de sus sectores. El problema es que en nuestra sociedad, en el mundo público, privado, eclesiástico, uniformado, político permitimos y aceptamos pequeñas “patentes de corso” y nadie dice nada, ejemplos… mire a su derecha, izquierda, arriba y abajo.

marzo 21, 2013

AGUA NUESTRA DE CADA DÍA



A propósito de la celebración del día mundial  del agua el próximo 22 de marzo, enmarcado en una profunda sequía que afecta a nuestra región y que tiene a sus embalses en un mínimo de su capacidad, hay que comenzar a preocuparse y ocuparse.  Las tierras que a nuestra poetisa Gabriela Mistral le recordaban el agua, hoy yacen secas y en agonía.


Hay países que yo recuerdo
como recuerdo mis infancias.
Son países de mar o río,
de pastales, de vegas y aguas.
“Agua” Gabriela Mistral

El 7% del vital elemento se utiliza en nuestra región para usos domésticos, en las labores mineras se usa entre un 6 y 8% y para agricultura el 78% del total. Sin agua potable de calidad, no podríamos beber, cocinar ni lavarnos.  Sin riego para la agricultura, no tendríamos alimentos al menos a un precio accesible. Sin agua en los procesos mineros, no tendríamos el “sueldo de Chile”, para financiar lo anterior.

Cuidar, proteger y mantener la calidad y cantidad del agua necesaria para nuestras actividades cotidianas, no es solo tarea de todos nosotros los consumidores domésticos (imprescindible y necesario), sino una tarea prioritaria de la sociedad organizada y de sus instituciones estatales. Instituciones que en conjunto con el sector privado, ya sean los productores agrícolas, industriales y mineros, en conjunto con las empresas sanitarias, las que deben dar respuesta oportuna, para que nuestra región vuelva a ser “de pastales, de vegas y aguas”.

enero 08, 2013

“Arauco tiene una Pena”


A propósito de los lamentables sucesos que han enlutado a las tierras de Arauco, debemos reflexionar sobre la vinculación de los pueblos originarios y el desarrollo sustentable.  Chile es firmante del Convenio No. 169 de la OIT, que obliga a un nuevo trato con nuestros indígenas, no solo mapuches, sino cualquier pueblo u etnia originaria.

El convenio manda, obliga y exige a todo aquel que quiera emprender un proyecto que de alguna manera puede afectarlos, a realizar una “consulta previa”.  No es cualquier consulta a la ligera, sino que los pueblos originarios también deben  “participar de manera informada, previa y libre en los procesos de desarrollo y de formulación de políticas que los afectan”.

La clausula de “consulta previa”, debe ser llevada “de buena fe”. Esto significa ni más ni menos, que debe hacerse en buena forma, con profesionales capacitados y usando metodologías que realmente involucren y ayuden a su comprensión. Sin esta consulta y acuerdo o consenso previo, cualquier forestal, agro negocio, proyecto minero, etc., no se puede realizar en territorios indígenas.

El desafío que la modernidad y el continuo consenso mundial de respeto a las personas y los DD.HH., le colocan a las empresas modernas, no es menor. La responsabilidad social de las empresas, del Estado, de las universidades, de las ONG`s  nuevamente se pone a prueba y separa a las meras declaraciones de buena crianza del compromiso real con las personas.

Arauco y todos los pueblos originarios de nuestro país, tienen en este convenio un amparo y defensa real de sus costumbres, cultura y raíces,  siendo además, una herramienta que acerca mundos, que vincula realidades y que puede ayudar a buscar caminos de entendimiento entre los pueblos. Arauco tiene una pena, pero también caminos de solución.