abril 05, 2008

Sobre oportunistas, tránsfugas y traidores



La política chilena ha estado llena de oportunistas, tránsfugas y traidores. Habría que recordar a algunos famosos traidores (o colaboracionistas) durante la dictadura, como la dirigente del MIR Marcia Merino, la "flaca Alejandra"; junto al "Guatón" Osvaldo Romo y a la socialista Luz Arce o al comunista Miguel Estay Reyno (El Fanta), junto a un gran Etcétera.

A los anteriores, habría que agregar a los tránsfugas parlamentarios ex Dc`s y a los ex PPD de CH1 que negocian con la derecha y, que se dejan seducir por moros y cristianos, por cuatro monedas de plata y una candidatura a mantener. Aquellos que se unen para acusaciones, pero no se ven a ellos mismos.

De oportunistas, bueno la política tiene mucho de oportunismo dicen algunos cínicos, pero la política es esencialmente consecuencia, principios y coherencia. Eso no quiere decir que la gente no pueda cambiar o evolucionar, sólo los fanáticos se ciegan y se vuelven integristas y puristas. Cambiar, evolucionar, renovarse tiene eso sí, un límite: no trasgredir de la noche a la mañana principios y discursos en los que se dice creer.

Un político puede (y debe), ser consecuente primero con sus ideas y con la gente que votó por ellos y las ideas que representaba. Si no se está de acuerdo con un partido o conglomerado en que se milita o apoya, por el motivo que sea, bueno, está en su derecho de abandonarlo. Otra cosa es pactar, avalar, defender o dejarse seducir por los que sólo ayer eran sus adversarios políticos. Eso es inaceptable y es la esencia de los oportunistas, tránsfugas y traidores, que en este caso son sinónimos.

Cuando se gana con la derecha, sólo la derecha gana, decía un gran político chileno. Es hora que en el país y la región se desenmascare y castigue con el voto, a los mismos de siempre, los de ayer y los de hoy, que colocan sus intereses y legítimas aspiraciones, antes que las ideas y los principios que se dice defender.