Cuando la capacidad de asombro,
ya parecía agotada, nuevamente nos
sorprendimos, indignamos y preocupamos con la dilapidación de recursos
públicos, que se gastan en pensiones de invalidez en las fuerzas armadas. Sorprende comprobar lo que ya
sabíamos, no solo la cuantía de dichas pensiones, sino los motivos para
recibirlas; indigna ver a personas condenadas por graves delitos, premiados con
injustas y abultadas prebendas; preocupa saber qué hay algunos que
reciben hasta cuatro pensiones simultáneas.
Nuestras fuerzas armadas y de
orden, debieran ser el baluarte moral y ético de la nación, como alguna vez nos
prometieron en los aciagos días de la dictadura. Estos abusos no solo son
inaceptables, reprobables y seguramente ilegales, sino que es una burla a la
democracia. El alto estándar ético exigido con justa razón a los funcionarios
públicos, políticos y autoridades, debe ser mucho más exigente con quienes
tienen el deber de protegernos y gozan del monopolio de las armas.
Hay algunos que amparados en
supuestas razones humanitarias, insisten en justificar y amparar a personas
condenadas por nuestros tribunales por atroces y brutales crímenes contra la
humanidad, que se oponen incluso a terminar con Punta Peuco. Hablamos de delincuentes
vinculados a la tortura, violación, desaparición y detenciones forzadas de hombres,
mujeres e incluso niños, que son premiados con pensiones que no recibe el resto
de los chilenos y chilenas.
Hoy cuando se discute respecto a
cuál es el mejor sistema de jubilación posible y se presenta un proyecto de Ley
que crean un Nuevo Ahorro Colectivo, como base de Mejores Pensiones para Chile,
queda más en evidencia el abuso de algunos. Era necesario revisar las pensiones
y los privilegios carcelarios no solo en el futuro, sino las actuales, por eso
es importante y valorable las propuestas del gobierno.
Es cierto que los derechos
adquiridos no se pueden conculcar, pero todo tiene un límite. Engañar, simular
enfermedades, burlar todos los estándares no puede ser premiado con jugosas e
indignantes pensiones. El futuro debe ser digno, para todos los que ayudaron de
una u otra forma a construir nuestro país.