agosto 31, 2017

La salud no espera


Una de las mayores preocupaciones que manifiestan los chilenos en todas las encuestas, es el tema de la Salud. La atención oportuna, humana y de calidad es prioritaria para cualquier familia, ya que sabemos bien el drama que significa enfermarse, accidentarse o tener una patología compleja. Los bingos, completadas y peñas solidarias en beneficio de algún niño, adulto o anciano que no puede cubrir el costo de un tratamiento, se multiplican cada fin de semana en barrios populares y en amplios sectores de la clase media.


La implementación de políticas públicas en salud, han sido exitosas y reconocidas a nivel mundial, como el AUGE o GES, que asegura acceso a tratamientos oportunos, de calidad y con protección financiera. La “Ley Ricarte Soto” que ha beneficiado a 4.430 personas sin cobro alguno en 14 problemas de Salud. La Ley de Etiquetado de Alimentos, una de las políticas de nutrición más importantes de los últimos 50 años, los programas de vacunación, la construcción de 20 nuevos hospitales y otros 40 en proyecto, los 332 nuevos establecimientos para atención primaria, los programas de formación de 4 mil nuevos médicos especialistas, son hechos concretos y verificables. Nadie puede dudar de los esfuerzos y logros en esta materia, pero aun así un malestar persiste en la ciudadanía.

Las largas, tediosas y a veces humillantes listas de espera en el sistema público, es una problemática particularmente compleja para el sistema de salud, donde se pone en evidencia el complejo diálogo entre los niveles primario y secundario de atención. Buscar una solución, no pasa por medidas populistas ni menos por manipular cifras, como lo demostró un informe de contraloría, sobre la supuesta “eliminación de las listas de espera AUGE”, en el gobierno de Piñera.

Hay soluciones técnicas posibles de llevar a cabo, como implementar plataformas online, Hospitales Itinerantes, Unidades de Cirugía Mayor Ambulatoria, aumentar la disponibilidad de horas médicas, consultas de especialistas en la propia Atención Primaria de Salud, entre otras. También debemos fiscalizar las horas médicas de producción en hospitales públicos, crear un programa de capacitación a los equipos de salud, establecer Médicos Gestores en cada Centro de Salud Familiar, además de buscar en conjunto con los usuarios del sistema de salud, mediante políticas de participación ciudadana, soluciones generales y particulares que ayuden a disminuir, para luego terminar con las listas de espera.


No es magia, no es parafernalia ni marketing, es continuar y mejorar poniendo en el centro no solo al aparato público, a los médicos y funcionarios, sino a las personas que piden, exigen y merecen calidad, oportunidad y sobre todo un trato digno, humano y eficiente en el momento que más lo necesitan.  Basta de palabras bonitas, es hora de hacer y no de prometer, los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país se lo merecen.

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