A propósito de la celebración del día mundial del agua el próximo 22 de marzo, enmarcado en una profunda sequía que afecta a nuestra región y que tiene a sus embalses en un mínimo de su capacidad, hay que comenzar a preocuparse y ocuparse. Las tierras que a nuestra poetisa Gabriela Mistral le recordaban el agua, hoy yacen secas y en agonía.
Hay países que yo recuerdo
como recuerdo mis infancias.
Son países de mar o río,
de pastales, de vegas y aguas.
“Agua”
Gabriela Mistral
El
7% del vital elemento se utiliza en nuestra región para usos domésticos, en las
labores mineras se usa entre un 6 y 8% y para agricultura el 78% del total. Sin
agua potable de calidad, no podríamos beber, cocinar ni lavarnos. Sin riego para la agricultura, no tendríamos
alimentos al menos a un precio accesible. Sin agua en los procesos mineros, no
tendríamos el “sueldo de Chile”, para financiar lo anterior.
Cuidar,
proteger y mantener la calidad y cantidad del agua necesaria para nuestras actividades
cotidianas, no es solo tarea de todos nosotros los consumidores domésticos
(imprescindible y necesario), sino una tarea prioritaria de la sociedad
organizada y de sus instituciones estatales. Instituciones que en conjunto con
el sector privado, ya sean los productores agrícolas, industriales y mineros,
en conjunto con las empresas sanitarias, las que deben dar respuesta oportuna,
para que nuestra región vuelva a ser “de
pastales, de vegas y aguas”.