Los insultos, agravios y hasta las injurias con publicidad, han
existido desde que el ser humano aprendió a escribir. Conocida es la guerra
epistolar entre los poetas chilenos Vicente Huidobro, Pablo de
Rokha y Pablo Neruda; “Os meo
eternamente en vuestros hígados y en vuestros hijos”, vociferaba nuestro
Nobel en su poema “Aquí estoy”. Por su parte de Rokha se refería a
Huidobro como. “tú, Vicente Huidobro, con
tus cacareos de espadachín en falencia, y tu dudosa hombría…”. Huidobro con
gran ironía, se refería a Neruda: “Si hay
un poeta en Magallanes que encuentra viejo y pasado a Neruda es culpa de
Huidobro…Los compinches de Neruda empiezan su campaña subterránea de mentiras y
de intrigas”.
Con todo, esas guerras entre poetas enriquecían el debate
intelectual (partiendo por las bajezas desde luego) de un alicaído Chile de
principios del S. XX. La sangre nunca llegó al río y el debate queda zanjado en
el tiempo, por las obras imperecederas de
estos grandes de la literatura chilena. No pasa lo mismo en nuestros días con
los debates de baja monta, que no alcanzan ni para poesía barata, que se libran
en Twitter y que a falta de creatividad y buscando el golpe fácil es
reproducida por la prensa cizañera. Tristes actores secundarios con ganas de
más, se dedican -basados en PosVerdades y NeoMentiras- a divulgar fake news,
acusando de las peores bajezas delictuales a quien se les cruce por delante.
Un semidesconocido comentarista radial, tira una piedra (por no
usar palabras de cloaca) contra una conocida diputada chilena, luego esconde la
mano, recula y vuelve a atacar en la red del pajarito, para terminar
victimizándose. Es noticia del día y se suben cientos a la rueda a defender y
atacar con argumentos muy lejanos a la poesía de nuestros insignes vates, con un estilo
procaz y poco elegante, dándole tribuna, fama y sus diez minutos de gloria al
“procaztinador”. Un “aprendiz de mago”, ex ministro de la dictadura (que es
casi lo mismo), descubre twitter en el ocaso de sus días y excreta a diestra y
siniestra -más a siniestra en realidad-, buscando el halago fácil de los Bots
siempre atentos a recoger y difundir la basura. Ministros y parlamentarios con
mucho tiempo libre, tratar de polemizar con la frase fácil, la vulgaridad de
asado dieciochero y el humor intelectual del que nunca lee.
Neruda, de Rocka y Huidobro, de seguro no entrarían en estas
peleas de quinceañeros ofuscados, inventando con quien sabe que intención
diabólica, la forma de apuñalar la honra de los otros. Estas peleas de cantina,
de lenocinio y alcahuetes, en las que participan matones de puerto, darían risa
o vergüenza ajena, sino fuera por el peligro que acarrean. Falta solo la
provocación adecuada en el lugar y momento propicio, para que las redes
sociales se transformen en redes armadas.
Daniel Recasens Figueroa
Periodista
18 de enero del 2019
No hay comentarios.:
Publicar un comentario